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Textiles y Artesanías Quizhpe:
Un legado ancestral de tejidos y tradiciones
Introducción:
Los tejidos y las artesanías son manifestaciones culturales que han perdurado a lo largo de la historia, transmitiendo conocimientos y tradiciones de generación en generación. Manuel Encarnación Quizhpe Mcas, un talentoso artesano Kichwa Runa Saraguro, es un ejemplo vivo de cómo estas prácticas ancestrales siguen siendo relevantes en la actualidad. Desde temprana edad, Manuel se sumergió en el arte del tejido, heredando sabiduría y técnicas de su padre. Con el paso de los años, su habilidad y dedicación han dejado una huella significativa en la comunidad, convirtiéndolo en un referente en el ámbito de los textiles y las artesanías.
El inicio de un legado:
Manuel Encarnación Quizhpe Mcas nació el 1 de abril de 1941 en Chukidel Ayllullakta, una comunidad ubicada en Lagunas, en el cantón Saraguro de la Provincia de Loja, Ecuador. A los 10 años, comenzó su camino en el mundo del tejido, aprendiendo las técnicas y secretos de las fibras naturales que su padre le legó. Atraído por el deseo de ampliar su conocimiento, a los 16 años viajó a Otavalo para adquirir una nueva técnica en telares de pedal. Esta base de conocimientos se convirtió en el cimiento de su carrera como artesano.
El arte del tejido y su evolución:
En 1965, Manuel instaló su primer telar de pedales en su hogar, y empezó a tejer bayetas de lana natural. Con el paso del tiempo, su destreza y creatividad lo llevaron a explorar una variedad de tejidos, como ponchos, chales, manteles de mesa, servilletas, hamacas, bolsos y alfombras. Utilizando una amplia gama de materiales, desde lana de borrego y algodón hasta fibras sintéticas, Manuel ha creado piezas únicas y de gran belleza. Sin embargo, nunca abandonó la práctica ancestral del tejido en kallwa, una técnica que ha mantenido viva a lo largo de los años.
Un taller artesanal de renombre:
El espacio de trabajo de Manuel Encarnación (conocido cariñosamente como Kachito) se ha convertido en uno de los talleres artesanales más destacados de la región. A lo largo de los años, muchos jóvenes, adultos y niños han tenido la oportunidad de tejer sus sueños y dejar su huella bajo la tutela de Manuel. Entre hilos y lanzaderas, han aprendido las técnicas tradicionales y han experimentado el vínculo entre el pasado y el presente. A sus 82 años, Manuel continúa tejiendo sus sueños y ofreciendo productos que son el fruto de su experiencia y dedicación. Este legado artesanal será preservado por sus herederos, asegurando que la tradición siga viva de generación en generación. Además, su compañera de vida, Mama Angelina, quien a sus 85 años sigue siendo su inspiración, su energía y su apoyo constante, ha sido una presencia fundamental en este largo camino.
Un líder y educador:
Además de su dedicación a las artesanías, Manuel Encarnación Quizhpe Mcas ha desempeñado un papel activo en su comunidad. Ha sido presidente de la comunidad y docente de Kichwa y textilería en el colegio Indigenista Saraguro, actualmente conocido como Unidad Educativa Saraguro. Su compromiso con la preservación de la cultura y la transmisión de conocimientos ha dejado una marca duradera en su entorno.
Arraigado a la madre tierra:
Manuel siempre ha estado conectado con la madre tierra. Además de su dedicación a las artesanías, ha cultivado maíz y tubérculos para proporcionar la base alimenticia de su familia. La cría de animales también ha sido una parte esencial de su vida, brindando alimento y recursos. Estas prácticas reflejan su profundo respeto por la naturaleza y su enfoque en vivir en armonía con el entorno.
La historia de Manuel Encarnación Quizhpe Mcas es un testimonio vivo de cómo el arte del tejido y las artesanías continúan enriqueciendo nuestras vidas y preservando nuestras tradiciones. A través de su dedicación y habilidad, ha creado un legado que trasciende el tiempo y ha inspirado a muchos a seguir sus pasos. Su trabajo no solo es una expresión artística, sino también un símbolo de identidad cultural y un lazo profundo con la comunidad y la naturaleza. Manuel Encarnación Quizhpe Mcas es un verdadero tesoro de la artesanía tradicional, y su influencia seguirá siendo sentida en las generaciones venideras.
Sociedad en tiempos de consumismo pandémico
Por Ramiro Mantilla Valencia
Escuela de pensamiento Social
Sociólogo y comunicador social 11C-UNP-OIP
Las cifras no oficiales elaboradas por Centros académicos de Investigación, más los testimonios de eminentes profesionales de la Salud dan cuentas de más de 30.000 fallecidos en comparación a los períodos del año pasado. Las ganancias de los poderosos emporios financieros, empresas ligadas a los fármacos y demás productos de usos personales incluidos las ingestas de licores con alimentos chatarra revelan cifras groseras de aumento en relación a los mismos meses de 2019. Cuántas explicaciones peregrinas e interesadas pueden esgrimirse. Sin embargo, quedan las interrogantes que revelarían la macabra realidad que se oculta y el advenimiento de una crisis general de la sociedad en su conjunto. Los poderes facticos ensayan piruetas para instaurar modelos fascistas en las formas y contenidos. No hay credibilidad en las funciones del Estado ni en sus operadores salpicados por escándalos de corrupción, tráfico de influencias, cobros a las sentencias, los linchamientos mediáticos a la orden del día… también los silencios.
Las acciones desatinadas desde los PODERES del Estado nos llevan a una encrucijada trágica, contagio o existencia parasitaria. Virus o hambre. Para algunos se ha vuelto un juego de azar afrontar la realidad que nos envuelve. Para la mayoría, poner a prueba los saberes y conocimientos en el desafío de sobrevivir con DIGNIDAD.
Toda mercancía lleva en su interior; el valor de uso y el VALOR. Sin embargo lo que resuelve la contradicción sustancial es quien la adquiere y el lugar que ocupa en su tránsito terrenal.
Si por casualidad se le ocurre realizar un inventario de objetos que han acumulado en su casa en los últimos 10 años, le va a resultar una experiencia llena de sensaciones; nostalgias no resueltas, recuerdos que se los llevó el olvido, desfile gráfico de momentos y personas. También vergüenzas por malgastar recursos, tiempo, energía.
Las cosas representan el acumulado de instancias que son parte del pasado, y el pretérito ya fue. Los afanes compulsivos al despilfarro son ya endémicos.
Los negocios más rentables sobre la tierra, de los cuales se benefician las grandes fortunas y aliados regionales están: las corporaciones financieras, la venta de armas y simuladores virtuales, los fármacos, agroquímicos y transgénicos, prostitución y estupefacientes, comidas chatarras y empaques vistosos de marketing que se aprovechan de las masas de imbéciles que en actitud compulsiva y enfermiza son las clientelas sumisas del gran mercado. La publicidad no tiene escrúpulos para vender en función de la ganancia fraudulenta. Conductas sociales que empobrecen espiritualmente a los seres humanos, simples mortales que no llevaremos nada después de muertos.
Las constataciones son funestas, groseras por las dimensiones nocivas para la sociedad en su conjunto. Al ritmo consumista que vamos con los países industrializados a la cabeza, se necesitan 20 planetas tierra en los próximos 100 años. Los apetitos voraces de acumulación; la concentración de riqueza en pocas manos; el aumento aritmético de consumidores desaforados de bienes, mercancías superficiales y espacios banales de subsistencia sumen a los grupos humanos en colectivos desesperados, timados, embrutecidos, idiotizados, estupidizados que precipitan crisis civilizatorias, pandemias manipuladas, sobreproducción sin capacidad real de diferenciar el consumo productivo; guerras de expansión, barbarie ecológica y la extinción inminente de especies sobre la faz de la tierra.
Con esta panorámica desoladora, afirmo categóricamente que con innovación, creatividad, compromiso social, valentía para vencer la quietud personal hay alternativas ciertas para disfrutar de las maravillas terrenales que aún persisten mostrando la perfección desde lo fractal, lo ético y estético, los sabores y saberes; conocimiento científico inconmensurable, descubrimiento del universo, paisajes recónditos, gastronomía variadísima y los patrimonios humanos que habitan pueblos mágicos. Sumergirnos en las otredades, el descubrimiento de culturas planetarias inéditas, desentrañar los lenguajes y epistemas ancestrales nos posibilitan existencia pletórica, de satisfacción en plenitud, entornos familiares gratificantes porque seremos dignos de haber vivido.
Los tejidos humanos que logran construir espacios de felicidad se sustentan y sostienen por el aporte significativo de talentos, capacidades, esfuerzos que trazan sus objetivos, metodologías, estrategias en concreto; pensadas, elaboradas con inteligencia en plural, sinergias inclusivas reconociendo a todos como actores privilegiados para levantar destinos comunes con todos los riesgos. Sin miedos ni miedosos. Con actitud frente a la humanidad para no ser lastre.
Venceremos a los virus materiales y éticos. Estamos ad-portas de un proceso electoral decisivo que reclama coherencia, consecuencia, pensamiento y acción madura. Hay afanes fascistas para coartar libertades y espacios democráticos.
Queda abierto el debate para enriquecernos con las visiones más amplias.